100 AÑOS DE LA ESCUELA DE CHILCAS
No todos los días se cumplen 100 años de vida, tal el caso de la Escuela N° 208 “Pedro Ignacio Garmendia de Alurralde”, ubicada en Chilcas, km 84, departamento Burruyacu. Es un acontecimiento que tuvo lugar el viernes de la semana pasada, en cuyas instalaciones se descubrió una placa recordativa en presencia del personal docente, ex alumnos, vecinos y autoridades educativas, con la participación de abanderados y directores de otras escuelas de la zona, cerrando la fiesta con un almuerzo animado por números artísticos. Esta escuela, junto a otras similares, fueron fundadas durante el gobierno del presidente Hipólito Yrigoyen y del gobernador Juan Bautista Bascary, que inició sus actividades en un terreno donado por don Alfredo Guzmán, hacendado de la región, y muchos años después se construyó el actual establecimiento. Como un dato anecdótico, esta escuela, al igual que muchas otras, tuvo períodos en los que no se dictaban clases por falta de maestras, quienes se negaban a tomar el cargo en razón de los riesgos que corrían al haberse declarado en la región una epidemia de paludismo, enfermedad propagada por el mosquito anofeles. Esta dificultad fue subsanada a tiempo mediante al nombramiento de jóvenes que acreditaban estudios secundarios, previo a un cargo de capacitación para enseñar hasta 4° grado, que era en esos tiempos la máxima graduación que había en las escuelas rurales de tierra adentro.
Ysmael Díaz
Mario Bravo 247
Banda del Río Salí
Elegía por el parque
Con indignación leo que a petición del legislador Ariel García se cede un pedazo de parque a un club porque “es un predio abandonado”. Sería deseable que esa iniciativa se revirtiera y transformara en el crecimiento del parque y en la recuperación para el espacio verde vital, para una ciudad que tiene muy pocos de esos ambientes, en lugar de pensar en su privatización. ¡Tan lejos estamos de aquellos que soñaron una ciudad con pulmones! Nosotros insistimos en desertificar.
Carmen Perilli
carmenperilli@gmail.com
MUERTE EN SANTA LUCÍA
Santa Lucía es un pueblo muy castigado y olvidado por las diferentes áreas: seguridad, vial, salud y política. El viernes 13 de abril, mi hermano Jesús Lugones, conocido como “El Pibe”, fue atropellado en la vía pública por una persona que conducía una moto en estado de ebriedad. No se detuvo a auxiliarlo, lo dejó tirado inconsciente. Lo auxiliaron personas que se encontraban en el lugar y lo trasladaron al hospital donde le dieron atención. Después de dos horas de observación lo mandaron caminando a casa, a pesar de que mi hermano tenía fuertes dolores de cabeza. No le indicaron estudios posteriores, ni orden de traslado a otro lugar donde pudieran darle mejor atención, ni medicación, excepto paracetamol. A causa de este accidente mi hermano falleció. Durante los últimos años, ha crecido el número de accidentes en el pueblo. No hay control, conducen totalmente alcoholizados, drogados, hacen picadas. En su mayoría son menores. Es un descontrol. No hay quien detenga esta situación, que cada vez cobra más y más víctimas. Tampoco hay señalización. Ningún político, a pesar de habernos visitado antes de las elecciones, se preocupa por mejorar la calidad de vida de este pueblo. Es necesario abordar esta situación que es una realidad que padecemos. Estamos totalmente desprotegidos, a la deriva, pidiendo ayuda a gritos.
Silvia Lugones
Avenida Libertador 188
Santa Lucía
UNA ZONA CON MUCHA SUERTE
En toda la zona sur de la Capital -Villa Alem, barrios Alejandro Heredia, 11 de Marzo y otros, las calles están siendo pavimentadas, lo que eleva la calidad de vida de los habitantes de esos sectores. Llegue a todos los vecinos mis felicitaciones por cuanto son tenidos en cuenta. Tal cosa no nos llega aún a nosotros, los habitantes de la zona Norte de la Capital, más precisamente al denominado Barrio 1° de Julio, ubicado a la altura de avenida Francisco de Aguirre al 1.900. Las cortas calles que conforman el barrio -de entre 600 y 700 metros- ya cuentan con cordón cuneta, por lo que resultaría más favorable realizar la pavimentación, o sea que se utilizaría menos material. Actualmente las calles se tornan intransitables en tiempo de tormentas, a lo que se debe agregar que por ellas transitan los niños que concurren a la escuela de la zona. Así es que solicitamos a las autoridades que contemplen la posibilidad de efectuar la pavimentación de los pocos metros que mencionamos más arriba y, así, nosotros también nos sentiríamos personas tenidas en cuenta.
Pedro Fernando Sisnero
Santa Mónica 1.923
San Miguel de Tucumán